Ainsssss. He de confesaros que en este tiempo he sufrido una gran transformación. Y es que la compradora compulsiva que vivía en mí, que todas las mañanas lo primero que hacia era ver los blogs de moda infantil, que sudaba cuando veía un nuevo pelele en la pantalla, que ante una nueva oferta se veía en la necesidad imperiosa de ayudar a esa pobre dueña del negocio que necesitaba vaciar sus perchas de esas tallas sueltas que ¡oh!, casualidades de la vida, era la talla que me venía a mí bien para Guillermo.
Sí, no sé que ha pasado, si ha sido la edad, la sensatez, el sentido común o alguna aparición divina la que ha hecho desaparecer (bueno, realmente creo que está en estado de letargo) a la loca de las compras de ropa de bebé.
De repente, he pasado de ver el armario de mi hijo medio vacío, a ver como rebosa y tengo que utilizar mi armario para poner parte de su ropa. Sí..., ¡¡¡me han quitado la venda de los ojos!!!
Haciendo repaso de los antecedentes, os expongo los motivos que creo que han provocado este cambio:
- Negaré siempre lo aquí dicho, y diré que lo escribí bajo presión y coacción, pero he de dar la razón a mi madre: Guillermo tiene mucha ropa, pero mucha, mucha ropa.
- De todo lo que mi cabeza inmadura ha comprado para este verano, hay modelos que creo que sólo se los he puesto una o dos veces, no he tenido ocasión de repetir.
- Muchos de los peleles en dos días se le han quedado pequeños y casi no los ha podido lucir.
- Me he gastado un pastizal en modelitos que me enamoraron online y luego, en persona, no eran tan maravillosos como pensé.
- Viene otro nuevo miembro a la familia y tengo que empezar a surtir a mi nueva criatura de un copioso armario, porque claro, no puede ser menos que su hermano, que de mayor todo se sabe y me lo echará en cara.
- Que en julio de 2013 tengo que volver a España y que, aunque aquí en Francia no tenemos problemas estando la situación como está, no sé lo que me voy a encontrar a la vuelta.
- Que la edad que tiene ahora Guillermo no me gusta en lo que a moda infantil se refiere, porque yo quiero seguir viéndoles las cachas y no me hacen modelitos que le permitan lucir pernil y lo poco que he encontrado, no me ha entusiasmado.
Así que a mi vena ahorrativa se le ha unido el desencanto de las nuevas colecciones para bebés de 18 meses. Para más edad, sí veo cosas interesantes que me gustan y que ya os enseñaré.
Todo esto no quiere decir que me haya retirado del mercado, solo significa que "intentaré" no ser tan compulsiva, y meditar un poco más antes de sacar la tarjeta de crédito.
En esta línea de hormiguita me encontraba yo cuando, un día cualquiera, en los típicos almacenes "nisu" de toda la vida del Señor en los que te venden un variadito surtido de "tó", a los que voy para hacerme acopio de bodys Babidú a muy buen precio, me topé así sin quererlo con un conjunto de punto, pantalón, camisa y chaqueta... ¡¡¡a un precio regalado!!! Le cogí la talla 12 meses, que le queda justita, y sé que no llegará a Navidad, pero no podía dejarlo en las estanterías cogiendo polvo.
Os dejo documento gráfico.
Me parece que está para comérselo. Me recuerda a un niño antiguo, de esos que llevan el aro y el sombrerito de marinero. ¿No os parece?
Á bientôt.